En algunos países, como México, los aretes en las bebés recién nacidas son parte de la cultura y es la forma en la que se define el género del bebé. Es una costumbre tan popular que es frecuente regalarlos a una mamá que acaba de tener un bebé, en el baby shower o en un bautizo.
Pero esto no ocurre en todo el mundo, en países como Alemania u otros países europeos, las mamás no recurren a esto hasta mucho tiempo después. Incluso en Reino Unido, existe una petición creada en 2015 que reúne más de 84.000 firmas para establecer una edad legal mínima para poder perforar las orejas de los bebés.
Pero actualmente, existe una gran duda en las madres sobre dilema cuándo hacer esa perforación, si cuando la bebé acaba de nacer, o esperar a que la pequeña sea un poco más grande y pueda cuidar ella misma la orejita.
Al respecto, especialistas de la Asociación Americana de Pediatría comentan que “lo más recomendable es hacerlo entre los primeros 15 días y el mes de vida, porque el lóbulo de la oreja esté muy blandito, es una piel muy suave y el sistema nervioso no está tan desarrollado. Si están durmiendo, a veces estos bebés tan pequeñines ni se despiertan. En cambio a partir del primer mes, notan mucho más los ruidos y la sensación en la oreja».
Algunas recomendaciones es que los aretes deben ser más largos de lo normal, el material debe ser de acero quirúrgico o titanio aunque pueden tener un baño de oro y la punta debe ser puntiaguda para que sea el mismo arete el que haga la perforación, así que se debe evitar los de puntas planas, que pueden funcionar para después cuando ya tenga la perforación.
Es importante estar pendiente de cualquier reacción alérgica como un enrojecimiento de la zona y hacer un seguimiento del estado de cicatrización seis semanas después de la puesta, que es el tiempo mínimo que debe llevarse este primer pendiente antes de que podamos cambiarlo por otro.
fuente: http://www.padresehijos.com.mx
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