No hay nada más incómodo para una mujer que le den ganas de orinar cuando está en la calle, porque la única opción es un baño público y, por lo general, nunca están en condiciones ideales de aseo.
Empiezan, entonces, las maromas. Un brazo apoyado ligeramente en la pared para tener un poco más de equilibrio, mientras se agacha para orinar. La otra mano sostiene el bolso, la ropa y hasta el pañuelo o el papel higiénico. El objetivo es tocar algo lo menos posible, una verdadera odisea.
Pero, ¿Y si las mujeres pudieran orinar de pie como los hombres? Entonces no tendrían que tocar nada, sufrirían menos y serían más prácticas.
Precisamente, a eso le apuntaron Oriol Ramírez y su esposa, Angélica Cáceres, quienes en su empresa familiar llamada Rago S.A., dedicada a lo que denominan como ‘ecología urinal’, decidieron adaptar un orinal para que las mujeres lo utilicen mediante un dispositivo similar a un embudo.
«Así evitan el tema de los hongos y las infecciones, al que son tan propensas», aseguró Ramírez.
La dinámica es la misma que sigue un hombre, de pie frente al orinal, sólo que ellas ‘apuntan’ gracias a un embudo desechable, de papel bond, de alto calibre, con el que se han realizado las pruebas hasta el momento.
«La idea sería que cada mujer tuviera su propio dispositivo reutilizable, porque eso lo haría aún más íntimo», indicó.
Otro factor importante es que no requiere agua, ya que cuenta con un sistema de tecnología totalmente limpia, que capta y trata los gases que generan los malos olores, ahorrando además en costos de mantenimiento y economizando el consumo de agua.
El orinal sin agua existe en otras partes del mundo, solo que no había sido implementado para las mujeres. Es similar a los que se encuentran en cualquier baño de hombres. Sin embargo, están ubicados en cubículos cerrados, tiene un diseño especial alargado y una ‘boca’ más amplia. Allí, no aparecen los desagües normales sino un tapón que absorbe la orina.
El orinal, que fue destacado en la revista ambiental Catorce 6, fabricado por la empresa antioqueña Plastiglas, cuesta 696 mil pesos, mide 51 centímetros de ancho y alto, y está hecho en porcelana. Cada año se debe hacer un recambio de los filtros.
Se calcula que cada vez que una mujer baja la cisterna del baño consume unos 4 litros de agua. «Es que además de la parte higiénica, se ahorra agua», dijo Ramírez, quien mediante su empresa desarrolla además otras ideas prácticas y amigables del ambiente.
Las pruebas realizadas hasta el momento han dado buenos resultados y próximamente habrá más orinales femeninos en diferentes lugares públicos de Medellín. Hoy, los orinales se prueban en el hotel Intercontinental, en la Central Mayorista de Antioquia, en el parque Confama y en varias entidades de salud, donde alternan con los baños tradicionales.
En estos lugares, a las mujeres les entregan un paquete con 10 embudos y, próximamente, pondrán en los baños dispensadores.
Una periodista de EL TIEMPO, que utilizó este tipo de baños, dijo que la primera vez es toda una aventura y aseguró que es difícil de manejar el embudo y apuntar hacia el orinal, pero destacó que lo bueno es que se evita ir a un baño sucio.
Estos baños ya tienen clientes habituales. Una señora que entró al del hotel Intercontinental dijo que todo era cuestión de práctica y en el de Comfama, Rosa Helena Mejía, dijo que el sistema es útil y práctico.
Este aparato es una especie de embudo de silicón que sólo tiene que sujetar para que la orina corra a través de él, al igual que los hombres. Al final sólo debes lavar este dispositivo y guardarlo.
La idea principal era evitar que las mujeres tuvieran contacto con los baños en las escuelas públicas, ya que es bien sabido que todas hacemos acrobacias para hacer nuestras necesidades en estos baños.
Pero este aparato también puede servir, cuando se produzca la emergencia, para orinar al aire libre sin ningún problema que debemos exponernos, agacharse, alguien no debe cubrir y todo lo que el proceso normalmente implica.
Esta invención, a simple vista, es la encarnación de una muy buena idea. Es práctico y bastante útil para todas las mujeres. Es fácil de transferir, podemos llevarlo en la cartera sin ninguna complicación y podemos usarlo sin ser indiscreto.
El invento se llama “Go Girl” y la compañía que la distribuye tiene el objetivo que la mujer tenga mayor libertad al momento de ir baño en cualquier lugar.
fuente: http://remediosmag.com/
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