Una verdadera amistad se basa en el compromiso, la confidencia, la autenticidad, la sinceridad, la confianza y la honestidad. ¡Ése es un amigo de verdad!
El diccionario dice que “la amistad es una inclinación recíproca entre dos o más personas que no pertenecen a la misma familia”, y precisamente es ahí donde marcamos la importancia de una amistad; cuando los amigos pasan a ser “como de la familia”.
No importa que seas alguien de éxito o tu clase social, un verdadero amigo siempre está allí para acompañarte. Más allá de los buenos momentos compartidos, un amigo protege y ayuda en toda circunstancia.
Pero algunas veces, no tenemos oportunidad de poner a prueba esa amistad, al no presentarse situaciones que nos dejen ver claramente quiénes son los amigos verdaderos y quiénes son los que nos acompañan de manera circunstancial.
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Te vamos a mostrar ocho maneras de diferenciar a los buenos amigos de los falsos amigos.
1) Los verdaderos amigos te aceptan tal cual eres. Aman a ese ser que eres en esencia y no necesitas fingir frente a ellos. Si tienes un mal día, si estás enfermo, si estás de mal humor, si eres pobre o estás pasando por un momento de inestabilidad… Los amigos te aceptan tal cual eres. En cambio, los amigos superficiales están siempre haciéndote notar tus defectos, tu apariencia, tu forma de vestir y tu manera de comportarte.
2) Los verdaderos amigos te demuestran su afecto, te cuidan y son los primeros en llegar en un momento de necesidad. Están siempre en contacto y se interesan por tu bienestar. Sin embargo, los falsos amigos te muestran su apoyo justo antes de pedirte algo. Es como que preparan el terreno para favorecer sus propios intereses.
3) Los verdaderos amigos saben escuchar. Les encanta pasar tiempo conversando y no interrumpen pretendiendo ponerse por encima de tu relato. En cambio, los falsos amigos siempre participan de una discusión pretendiendo ganar o buscando promover sus propios intereses. Esa no es manera de apreciar tu compañía.
4) Los verdaderos amigos comprenden los límites que impongas y respetan tus decisiones, aun cuando no estén de acuerdo contigo. Los amigos circunstanciales suelen perder la paciencia fácilmente a lo largo de una discusión e insisten en imponer sus puntos de vista y opiniones en detrimento de las tuyas.
5) Los verdaderos amigos demuestran empatía hacia los problemas, se preocupan de lo que te sucede y de cómo te sientes. Incluso pueden opinar y ser sinceros, aun cuando la opinión no te guste mucho. Los falsos amigos, fingen preocuparse, pero lo hacen de manera tal que al final te sientes en deuda con ellos. Como que te hubieran hecho un favor que más adelante tendrás que devolver.
6) Los verdaderos amigos comprenden la importancia de estar solo y saben, que algunas veces, todo lo que necesitas es alejarte para reencontrarte a ti mismo. Saben respetar tu espacio. Los amigos circunstanciales, se irritan o se enojan cuando insistes en estar solo y tratan permanentemente de invadirte.
7) Los verdaderos amigos siempre se interesan por tus proyectos y te animan en los nuevos emprendimientos. Te apoyan, se sienten orgullosos de ti cuando logras concretar un sueño y serán sinceros a la hora de opinar.
Los falsos amigos, siempre te están dando razones por las cuales no deberías avanzar o deberías abandonar un proyecto. Reparten pesimismo y escepticismo a diestra y siniestra cada vez que logras avanzar en algo. O peor aún, se sienten celosos y hasta es posible que hablen mal de ti frente a otros.
Ser exitoso, puede mostrarnos la verdadera cara de alguien y rápidamente convertirse en envidia.
8) Los verdaderos amigos saben que todo el mundo tiene derecho a tener otros amigos y frecuentar otras relaciones. No se muestran ni posesivos, ni exigentes; e incluso tratan de familiarizarse con ellos. Los amigos circunstanciales, sin embargo, no les gusta que te relaciones con otras personas y lo viven como una traición.
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