Las personas contaron honestamente por qué no ven la soledad como un problema y están felices de estar sin pareja

Comparte en tu RED SOCIAL favorita

Mucho se dice acerca de las personas sin pareja, las cuales pueden padecer más la soledad. ¿Pero este estado es tan malo? Es posible que estando a solas con nosotros mismos aprendamos a comprender mejor nuestras necesidades y deseos, fijarnos metas ambiciosas y alcanzarlas.

Y por supuesto, no olvides la frase que dice: “Es mejor estar solo, que mal acompañado”.

Aquí exponemos las ideas de alguna spersonas de, que realmente disfrutan de su soledad y encuentran muchas ventajas en ella.

  • Puedo hacer lo que quiera, cuando quiera. Si quiero quedarme despierto hasta tarde, puedo. Si quiero despertarme tarde, puedo. Si quiero comprar algo, puedo. Si quiero ver una película, puedo. Si quiero escuchar música, puedo. Si quiero renovar mi apartamento, puedo. Puedo elegir cómo usar mi tiempo. Puedo elegir cómo gastar mi dinero. ¿Me siento solo? A veces, sí. Pero tengo buenos amigos. Si quiero charlar con ellos o si alguien quiere charlar conmigo, siempre puedo. Pero si no tengo ganas de salir, me quedo en casa.

Dios, recuerdo correr a casa todos los días, porque si llegaba 5 minutos tarde, tendría que dar explicaciones. Ahora puedo ir a donde quiera todo el día y no tengo que explicar nada a nadie. Y volver a casa es realmente algo agradable.

No tengo que preocuparme por cómo me veo o qué llevo puesto cuando descanso. Con el cabello recogido, sin maquillaje, sin problemas.

  • Honestamente, la soledad me permitió concentrarme en completar mi licenciatura, lo que hice la semana pasada. 
  • ¿Quiero ver una película? Elijo lo que quiero y no tengo que adaptarme al estado de ánimo de otra persona, recordar a quién le toca elegir y escuchar: “No me gustan las películas de terror, ¡veamos comedia romántica!”. 
  • ¿Quiero comer algo? Busco lo que me gusta y no necesito charlar durante una hora sobre lo que es bueno para mí, no es bueno para otra persona, y luego de algo que es bueno para otra persona, pero no para mí, y al final pedir sushi. ¿Quiero dormir hasta el mediodía el fin de semana y luego levantarme y jugar videojuegos todo el día? Es mi elección y solo mía, y nadie puede avergonzarme por ello o quejarse de que no le presto atención. ¿Tengo un día libre y no tengo ganas de hablar o expresar mis sentimientos? No necesito hablar con nadie y responder a los pedidos de “abrirse”.
  • Todas las cosas de mi casa están exactamente donde las dejé. Las otras personas tienen todo tipo de hábitos que dificultan tu vida. ¿Quieres lavar una sartén? ¡Alguien ha llenado el fregadero con platos! ¿No encuentras tus llaves? Es que la otra persona no pudo encontrar las suyas, tomó prestadas las tuyas y pensó que las llaves podrían estar en el bolsillo de un abrigo. ¿Dónde está el abrigo? ¡No puede recordar!
  • No necesitas memorizar fechas triviales, comprar regalos durante las fiestas y, en general, no necesitas justificar tus compras. 

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*