¿Tienes antojo de algo dulce pero no quieres complicarte en la cocina? Este postre de leche y banana es la solución perfecta: rápido, fácil y sin hornear. Con solo dos ingredientes y unos minutos, puedes preparar un postre delicioso, nutritivo y perfecto para cualquier momento del día. ¡Aquí tienes la receta completa!
Ingredientes:
- 1 banana madura (la madurez añade más dulzura al postre)
- 1 taza de leche (puede ser leche de vaca, leche de almendra, o la que prefieras)
Instrucciones:
- Prepara la banana: Pela y corta la banana en rodajas. Colócala en un tazón o una licuadora.
- Mezcla con la leche: Agrega la leche y licúa hasta obtener una mezcla suave y cremosa. Si no tienes una licuadora, también puedes aplastar la banana con un tenedor hasta que se vuelva puré y mezclar bien con la leche.
- Agrega Opcionalmente Sabor y Textura:
- Si te gusta el toque dulce extra, puedes añadir una cucharadita de miel o un poco de azúcar.
- Para darle un toque especial, agrega una pizca de canela o cacao en polvo.
- Añade un poco de extracto de vainilla si deseas un sabor más cremoso.
- Refrigera: Sirve la mezcla en un vaso o recipiente y colócala en el refrigerador durante unos 10-15 minutos. Esto le dará una textura más fresca y consistente, ideal para disfrutar como postre.
- Decora (opcional): Agrega rodajas de banana por encima, un poco de canela o cacao espolvoreado, o algunos frutos secos como nueces o almendras picadas para darle un toque crujiente.
Beneficios de este Postre:
Este postre no solo es delicioso, sino que también tiene varios beneficios:
- Bananas: Son una fuente excelente de potasio, vitamina C y fibra.
- Leche: Aporta calcio, proteínas y vitaminas esenciales.
Consejos y Variantes:
- Para una textura más espesa: Usa menos leche o añade un poco de yogur natural.
- Para los amantes del chocolate: Puedes añadir cacao en polvo a la mezcla o espolvorearlo encima.
- Versión vegana: Prueba con leches vegetales como la de almendra o coco para darle un sabor especial.
Este postre de leche y banana es perfecto para cualquier ocasión: desayuno, merienda o un antojo dulce nocturno. Sin complicaciones, sin hornear y con ingredientes que casi siempre tenemos en casa. ¡No hay excusas para no probarlo.
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