El romero es una planta aromática de origen mediterráneo, el Rosmarinus officinalis también se encuentra en Asia Menor y Suramérica. Se cría en todo tipo de suelos aunque prefiere los secos y arenosos e incluso los muy pobres.
Es muy fácil de cultivar y tiene muy pocas exigencias. Este arbusto leñoso de hojas perennes puede alcanzar los dos metros de altura. Tiene múltiples usos, como hierba aromática se usa en la cocina sobre todo para carnes asadas e incluso una ramita en la paella en el último momento le da un aroma a monte extraordinario.
También tiene un amplio uso como hierba medicinal, tanto en aplicaciones locales como en infusión.
Para reproducir el romero por esqueje elegiremos las ramas maduras que todavía no se han tornado leñosas. Así adelantamos el enraizamiento, si usamos ramas leñosas, igual brotarán raíces pero les costará más.
Arrancaremos las hojas del esqueje hasta por lo menos un tercio de la longitud del mismo. De paso podemos aprovechar esas hojas para usos culinarios o curativos.
Sumergirmos el tallo por su parte libre de hojas en un tarro de hormona de enraizamiento. Como ya hemos dicho en otras ocasiones, este paso no es indispensable, hay expertos a favor de esta hormona y otros que dicen que no produce ningún beneficio, salvo el efecto desinfectante que producen algunos de los aditivos con los que cuentan las presentaciones comerciales de esta hormona.
Colocamos el esqueje en un recipiente con agua y lo situamos en un lugar al sol. Al cabo de unas semanas veremos como aparecen las raíces.
Deberemos cambiar el agua cada cuatro o cinco días. Cuando el esqueje tenga bastantes raíces procederemos a su plantación en maceta o jardinera.
Este mismo procedimiento sirve para la reproducción por esqueje de la lavanda.
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