El apéndice, apellidada vermiforme, cecal o vermicular es una estructura cilíndrica conectada al ciego, es decir a la primera porción del intestino grueso, cerca a la unión del intestino grueso y el delgado. Su diámetro no sobrepasa los 8 milímetros y su largo puede variar hasta los 20 centímetros. Normalmente, se encuentra localizada en la parte inferior derecha de nuestro abdomen.
Durante generaciones, el apéndice se pensaba que no tienen ningún propósito (se pensaba era un estorbo). Pero ahora, los investigadores dicen que han descubierto la verdadera función de este órgano.
Ahora, los investigadores dicen que el apéndice actúa como una casa refugio para las bacterias buenas. El cuerpo lo utiliza para «reiniciar» el sistema digestivo cuando uno sufre de un ataque de disentería o el cólera.
La sabiduría convencional usado para reclamar que esta pequeña bolsa que sobresale de la primera parte del intestino grueso fue simplemente redundante o una evolución de la sombra de una vez útil de órganos.
Durante años, los médicos aconsejaron a las personas que tienen sus apéndice a eliminarlo, a pesar de su aparente uso ahora. La Duke University Medical Centre en Carolina del Norte, los investigadores dicen que después de un grave ataque de cólera o la disentería, el apendice puede purgar el intestino de bacterias esenciales para la digestión, el apéndice actúa como una reserva para las bacterias buenas a emerger.
A pesar de los resultados, el Profesor Bill Parker dice que esto no significa que debe aferrarse a sus apéndices a toda costa. «Es muy importante que la gente entienda que si el apéndice se inflama, sólo porque tiene una función no significa que debe tratar de mantenerlo», explicó.
«Así que es una especie de algo divertido que hemos encontrado, pero no queremos causar ningún daño, no queremos que la gente diga, ‘oh, mi apéndice tiene una función‘, así que no voy a ir al médico, voy a tratar de quedarme con el.» Nicolás Vardaxis, un profesor asociado en el Departamento de Ciencias Médicas en la Universidad RMIT, dice que la teoría planteada por el equipo de la Universidad de Duke hace sentido.
Todavía se deberán realizar más estudios, los expertos indican que de todos modos, si se inflama es recomendable extirparlo, quién sabe, podría ser que de algún modo, extirpar el apéndice influya en nuestra calidad de vida o en la aparición de determinadas enfermedades en un futuro. Como hemos dicho antes, nuevos estudios terminarán por dar respuesta a las nuevas preguntas surgidas.
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