Todos tendemos a esperar pacientemente a que se enfríen nuestros platos calientes antes de guardarlos en la nevera. Pero, ¿para qué molestarse? En realidad, ¡es mucho mejor que guardes las sobras calientes en la heladera inmediatamente! .
No hay que temer un choque térmico, es perfectamente seguro. ¡Así que no lo dudes y enfría pronto esos platos calientes!.
Cuando se trata de alimentos, si quieres evitar que se estropeen, lo mejor es meterlos en la nevera lo antes posible. Dejar la comida fuera durante mucho tiempo, aunque aún esté caliente o a temperatura ambiente, es una receta para el desastre.
Las bacterias pueden duplicarse cada 20 minutos, lo que puede comprometer rápidamente la calidad y seguridad de los alimentos. Aunque el plato o la comida aún parezcan calientes, deben colocarse en el frigorífico, en cuanto se haya disipado el vapor.
Si has dejado un plato o un alimento fuera más de dos horas sin refrigerar, lo mejor es tirarlo y no consumirlo, ya que la causa más frecuente de intoxicación alimentaria en el hogar se debe a un almacenamiento y manipulación inadecuados de los alimentos. Es importante ser consciente de los riesgos potenciales de dejar comida fuera y tomar las precauciones necesarias para que esto no ocurra.
También es importante asegurarse de que el frigorífico está ajustado a la temperatura correcta para conservar eficazmente los alimentos y evitar que se estropeen. Tomando estas sencillas medidas, puedes estar seguro de que tus alimentos se mantendrán seguros y frescos.
¿Por qué poner los platos calientes directamente en la heladera?
La refrigeración de los alimentos no mata las bacterias, pero impide su proliferación y crecimiento. Por eso es esencial colocar los alimentos en el frigorífico lo antes posible después de haberlos cocinado o preparado. Esto se debe a que existe un intervalo de temperatura conocido como «zona crítica», entre 4°C y 60°C, que favorece el crecimiento y la multiplicación de las bacterias. Si los alimentos permanecen demasiado tiempo en este intervalo de temperatura, pueden contaminarse rápidamente.
Para evitarlo, es importante enfriar los alimentos lo antes posible y colocarlos en un lugar fresco, como un frigorífico a una temperatura de 4°C o inferior. Es importante tener en cuenta que la temperatura ideal de un frigorífico debe estar entre 0 y 5°C para garantizar la máxima seguridad al almacenar alimentos.
La frase «poner los alimentos rápidamente en la nevera» no significa necesariamente hacerlo inmediatamente. Esto es especialmente cierto en el caso de alimentos o platos que acaban de sacarse del horno o del fogón: deben enfriarse lentamente para que el proceso no favorezca el crecimiento de ninguna bacteria nociva.
Si la comida se ha dejado a temperatura ambiente durante demasiado tiempo (entre 20 minutos y 2 horas) sin refrigerar, es mucho más probable que crezcan bacterias.
Para evitarlo, es preferible dejar que la comida se enfríe a temperatura ambiente, o acelerar el proceso de enfriamiento hasta que ya no desprenda vapor. Esto puede hacerse colocando el plato en recipientes poco profundos y extendiéndolo, para que se enfríe más rápidamente. Además, puedes colocar unos cubitos de hielo en el recipiente, y removerlos de vez en cuando, para ayudar a acelerar el proceso de enfriamiento.
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